Las intoxicaciones, traumatismos y golpes de calor figuran entre los accidentes más habituales que puede sufrir un perro. Dentro y fuera de casa, urgen las medidas de prevención que reduzcan el riesgo de estas amenazas o mitiguen sus efectos en la salud canina. Por ejemplo, la compra de un Spray cicatrizante perros es un aliado frente a las infecciones, pues además de acelerar la cicatrización de tejidos, mantiene alejados a insectos portadores de enfermedades.
Precisamente, las infecciones derivadas de cortes, mordeduras y heridas en general ponen en riesgo la salud y bienestar de esta mascota. Con relativa facilidad, el perro puede experimentar lesiones en el hocico, patas, cara y otras áreas. Su impulso natural será lamerse, pero si su propietario no está atento y desinfecta la herida, podría derivar en la aparición de piodermas.
Durante el paseo y otras actividades al aire libre, los perros tienden a olisquear y morder cualquier elemento que les resulte ‘interesante’ en su entorno. De encontrar un desperdicio, su natural voracidad le inducirá a ingerirlo, acción que puede acarrear consecuencias fatales para su salud.
Las intoxicaciones alimentarias no son cosa de broma, ni siquiera en cánidos. El consumo accidental de alimentos contaminados o en mal estado puede acarrear vómitos, diarrea y, en casos extremos, la muerte. De ahí que los síntomas relacionados deban tratarse con la mayor brevedad.
Por otra parte, estas peludas mascotas viven expuestas a los traumatismos derivados de caídas, impactos o atropellos. Con frecuencia, estos males son resultado de la convivencia con humanos: el tráfico rodado, la contaminación acústica y otras características de la sociedad entran en conflicto con la vida animal. De ahí que cada año se registren más de tres mil atropellos de perros solo en España.
Aunque pueda sorprender, los golpes de calor también suponen un peligro para estos animales. Y es que las altas temperaturas afectan no solo a los seres humanos, sino también a sus mascotas.