La dermatologia medica quirurgica en Vigo ha evolucionado a pasos agigantados en la última década con la introducción de nuevas técnicas y el perfeccionamiento de otras existentes, como la crioterapia. Este procedimiento consiste en la aplicación de frío extremo para tratar las células dañadas o enfermas, ya sea de forma tópica o más invasiva.
Denominado a su vez como terapia de frío, la crioterapia y sus beneficios son conocidos desde el Egipto antiguo, como demuestran las informaciones médicas halladas en el Papiro Edwin Smith. Como tal, esta técnica surge durante el siglo diecinueve gracias a las investigaciones del Dr. James Arnott.
La crioterapia actual se sirve del gas de argón o el nitrógeno líquido para, a través de un aplicador llamado criosonda, descender la temperatura de secciones de tejido por debajo de los cien grados centígrados. Esta exposición térmica favorece la recuperación de las células dañadas.
La terapia de frío se divide en dos clases, a saber: la criocirugía, orientada al tratamiento de dolencias internas, por medio de agujas y otros aplicadores de alta precisión, y la crioterapia tópica, que se limita a congelar las células más superficiales.
Sin duda, la aplicación tópica de la terapia de frío es la más extendida. Se aplica con un pulverizador o con la pinza de Adson, dependiendo del tamaño del área a tratar. Cuanto más rápida sea la congelación y descongelación, mayor será el alcance de la destrucción celular.
Respecto a las aplicaciones de la crioterapia, se emplea con éxito para eliminar tejidos verrugosos, tanto los de tipo vulgar o común como los causados por el virus del papiloma humano y otras infecciones. Por su parte, las manchas de la edad o solares responden bien a tratamientos basados en la aplicación de frío, como la crioterapia. También las queratosis actínica más persistentes pueden tratarse con esta técnica dermatológica.