El Valle de Salnés forma parte de las Rías Baixas de Galicia, un enclave de referencia para el sector vinícola por la concentración de viñedos y bodegas que encuentran aquí su sitio. Sus botellas son etiquetadas con la D.O. Rías Baixas, denominación de prestigio que explica por qué comprar conde de albarei y otras marcas es una garantía de calidad.
En esta comarca se producen, mayormente, vinos blancos que reciben la denominación de albariño, cuya fama ha trascendido las fronteras nacionales en los últimos años. Esta variedad de uva se cultiva a lo largo y ancho del Valle de Salnés: Sanxenxo, Meaño, Vilanova de Arousa, Ribadumia, Meis y Cambados, municipio que celebra anualmente la Festa do Albariño, de obligada asistencia para los amantes del vino en general.
Esta festividad, la más antigua de su clase en Galicia, se desarrolla cada mes de agosto con un programa de catas y eventos relacionados con el albariño: los conciertos musicales, el nombramiento de las Damas y Caballeros de Honor del Capítulo Serenísimo del Albariño, etcétera.
El Valle de Salnés se distingue de otras regiones conformantes de la D.O. Rías Baixas en el volumen de su cultivo. Cerca del setenta por ciento de la uva albariña se produce en esta comarca costera, y el secreto de su éxito —más allá del buen hacer y tradición milenaria de sus maestros viticultores— reside en el clima atlántico, que dota a estos vinos de un punto de sal y acidez exclusivo. No sorprende, pues, que la sola mención de esta comarca en la etiqueta del vino sea un reclamo comercial.
El prestigio de los vinos albariños del Valle de Salnés no debe atribuirse solo al gusto de los consumidores. También es una cuestión de salud y bienestar. Desde un punto de vista científico, se han identificado cerca de treinta compuestos en el albariño que serían beneficiosos para el organismo, destacando los ácidos benzoicos, estilbenos, flavanoides y ácidos hidroxicinámicos, entre otros.