• La revisión 

    Una mala experiencia en una compra puede generar un comportamiento suspicaz, siempre sospechando de que todo el mundo vaya a querer darte gato por liebre. Eso es lo que me pasó a mí cuando compré mi primera caravana de segunda mano. El asunto no empezó muy bien porque teníamos muchas dudas acerca del tipo de caravana que escoger. De hecho, ni siquiera teníamos muy claro si debíamos optar por una caravana normal o una autocaravana.

    Como se suele decir, nos tiramos un poco a la piscina a la hora de buscar venta caravanas segunda mano particulares. Miramos poco y no comparamos el precio demasiado. Yo tenía la sensación de que nos íbamos a arrepentir si lo mirábamos mucho y no quería dar marcha atrás, así que presioné a mí pareja, mucho más prudente, a la hora de comprar una caravana de segunda mano.

    Por aquellos tiempos no era tan sencillo como ahora puesto que no teníamos internet para valorar y comparar. Ahora hay mucha más información y los vendedores tienen valoraciones de otros clientes lo que te puede ayudar de cara a fiarte mejor de ellos. Pero cuando nosotros compramos aquella caravana no teníamos manera de saber apenas nada sobre el vendedor… que resultó ser un chasco.

    Nos fiamos de la revisión de la caravana que nos presentó y fue un error, porque era falsa, o al menos no se revisó concienzudamente. La caravana presentaba varios problemas que fuimos descubriendo desde el primer viaje, problemas que no apreciamos a la hora de comprar ya que no fuimos muy concienzudos. Para mí fue una gran decepción y me dije que, si volvía a buscar venta caravanas segunda mano particulares, tendría mucho más cuidado. 

    Como digo, ahora es todo mucho más seguro, también porque yo soy mucho más cuidadoso si se trata de comprar vehículos de segundo mano. Sé dónde hay que mirar para comprobar que, efectivamente, la caravana está en buenas condiciones. Y, por supuesto, no nos fiamos de cualquier revisión. Pedimos todo tipo de garantías antes de proceder al pago. Ya no nos van a dar gato por liebre nunca más.

  • La locura de mi mujer 

    Al principio pensé que se había dado un golpe en la cabeza. Revise bien su cabeza a ver si tenía una herida o algo así: todo parecía correcto. Pero ella insistía: quería comprar una caravana. Y yo le decía: ¿pero sí nunca has viajado en caravana? Yo sí, y no creo que te gustase. Pero me empezó a decir que una amiga suya viajaba ahora en caravana, que era mucho más barato y divertido. Lo dejé pasar unos días, para ver si volvía a sus cabales, pero no. No parecía un capricho, aunque era un poco locura.

    Y es que somos dos personas bastante cómodas: nos gusta viajar a todo lujo, y porque no tenemos más dinero que, si no, no saldríamos de los hoteles de cinco estrellas. Pero en algo tenía razón mi mujer: nos habíamos vuelto demasiado sedentarios. Quizás necesitábamos algo nuevo para animar nuestros viajes. Pero, ¿una caravana? Eso eran palabras mayores porque suponía adaptarse no solo a una nueva manera de viajar, sino de circular por carretera. Recuerdo las peleas de mi padre con la caravana cuando viajábamos así, y no sé si yo estoy preparado para eso.

    De cualquier forma, mi mujer me fue convenciendo poco a poco para, por lo menos, valorar el tema de las caravanas. Pero yo puse como línea roja que no compraríamos una nueva. Y empecé a buscar caravanas knaus segunda mano para ver cómo estaban los precios. Me gustaba esa marca porque le cogí cariño cuando la compró mi padre. También la compró de segunda mano, pero estaba en muy buen estado y nos duró un montón.

    Otra opción todavía más asequible era alquilar una caravana, pero mi mujer dijo que no, porque ya se olía que tras el primer viaje iba a empezar a poner pegas y razón no le faltaba. Con una caravana de segunda mano tendría la ‘obligación’ de poner más de mi parte para adaptarme a las nuevas circunstancias. Así que me dejé llevar por una vez y puse sobre la mesa tres caravanas knaus segunda mano para que mi mujer eligiera. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a tener que dejar la comodidad de mis queridos hoteles?