• VIAJES APARCADOS

    No es que viaje demasiado y más aún desde que empezó todo esto de la pandemia, pero cuando viajaba mi primera opción era ir con mi coche hasta el aeropuerto y dejar mi coche en Parking aeropuerto en barajas porque así al bajarme del avión a la vuelta de mi viaje ya tenía mi coche esperándome para llevarme a casa rápido. No entiendo como hay gente que se va al aeropuerto sin su coche, más que nada para no tener que molestar a nadie para que te lleve o para que te recoja. Personalmente siempre he sido muy autosuficiente y me ha gustado hacer las cosas a mi gusto, por lo que prefiero llevar mi coche y de ese modo no molesto a nadie y como mis viajes no suelen durar demasiado tiempo la estancia de mi coche en el parking tampoco es que me cueste demasiado dinero.

    Viajar ya no me gustaba demasiado antes de la pandemia pero a partir de la pandemia no he viajado nada de nada. Lo que menos me gusta de viajar es tener que probar comidas nuevas y eso es algo con lo que mi cuerpo no puede, siempre me he resistido a probar cosas nuevas porque estoy convencido de que nada de lo que pruebe hoy en día va a cambiar mi forma de ser. Con más de cuarenta años ya no creo que cambie y seguiré con mi filosofía de vida hasta el final aunque a mucha gente parezca molestarles, el problema lo tienen ellos que se creen mejores que yo por comer más cosas de las que como yo. Personalmente como lo que me gusta y lo que no me gusta no me lo voy a comer por mucho que me insistan como ya me ha pasado en repetidas ocasiones. 

    Hasta dentro de bastante tiempo no creo que vuelva a viajar, mucho se tiene que normalizar las cosas en todo el mundo para que me vuelvan a entrar las ganas de volver a viajar y hasta ese momento estoy muy bien donde estoy, ya que dispongo de todo lo qe necesito cerca de mi casa.

  • Cómo organizar un cumpleaños de lujo en el jardín

    El jardín de tu casa es el lugar perfecto para celebrar tu cumpleaños o para prepararle una fiesta sorpresa a tu pareja, a tus hijos o incluso a algún amigo muy querido. Organizarlo es relativamente fácil si te organizas bien y cuentas con la ayuda de algunas personas.

    Lo primero, la lista de invitados tiene que ser acorde al espacio. Si tu jardín es pequeño no invites a un número excesivo de personas que al final se sientan incómodas o apretujadas. Para eso, primero coloca las mesas y las sillas y así podrás ver exactamente cuántos puedes invitar.

    Tienes dos opciones, un picoteo de pie, con lo que podría haber más gente o un picoteo sentado. Para escoger la opción ten en cuenta también la edad de las personas y sus gustos. Si va a acudir gente mayor, seguramente sea preferible que todos se sienten para que no se encuentren siendo los únicos que tienen que hacerlo. Si los invitados son niños, mejor picoteo con las mesas en un rincón y espacio para jugar.

    Con el espacio distribuido y la lista de invitados ya preparada, solo queda elegir el menú. En el caso de los niños, lo clásico es lo que triunfa, con sándwiches, pizza y patatillas. Pero si se trata de adultos, todo cambia. Mejor un picoteo de calidad, con buenos vinos, jamón de calidad y queso curado. Pero también otros productos como deliciosos quesos de cabra franceses, encurtidos o canapés variados.

    Todo lo que pongas debe de poder comerse fácilmente con las manos y a temperatura ambiente, para evitar que tengas que calentar platos o guardarlos en la nevera. Todos deben de disfrutar del cumpleaños, también los anfitriones, así que una vez que todo está en la mesa, ya no se debe de tener que servir nada más.

    Mejor opta por vajilla y por vasos de cristal ya que es una opción mucho más ecológica. Pero si son demasiadas personas o el cumpleaños es para niños, puedes apostar por cubiertos de un solo uso siempre y cuando sean reciclables. El plástico ya no está permitido para vasos, pajitas y cubiertos pero algunos locales todavía venden las existencias. De cualquier modo, es mejor que uses papel, cartón y productos como el bambú para los cubiertos. Asegúrate de que cuando acaba la fiesta, todo va para el contenedor de reciclaje de tu barrio.

  • ¿Cuáles son las mejores actividades para hacer en las Islas Cíes?

    Para el público turista en Galicia, uno de los souvenirs más populares es la postal de las islas cies vistas desde vigo. Esta joya natural enclavada en el Parque Marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas fue visitada por casi 300.000 personas en 2019.

     

    Una de las razones para entender su éxito entre los turistas nacionales e internacionales es su variada oferta de actividades. De todas ellas, el submarinismo y el snorkelling brillan con especial intensidad. En las Islas Cíes pueden encontrarse fondos arenosos de la fachada Este del archipiélago, así como los de maërl, de cascajo y de roca, que conforman el hábitat de peces, algas y organismos epibentónicos. Ciertamente, el surf y el windsurf no reconocen en las Cíes su mejor entorno, pero los entusiastas de la fauna marina no quedarán decepcionados.

     

    La biodiversidad de las Islas Cíes no destaca únicamente bajo el agua. Los acantilados, playas y bosques que adornan este paraje son el ‘hogar’ de mamíferos como el conejo, el erizo común, la musaraña o reptiles como el eslizón ibérico o la lagartija ibérica.

     

    Sin embargo, justo es reconocer que la avifauna es la que despierta mayor interés entre los visitantes. La gaviota patiamarilla, el cormorán moñudo y otras especies pueden contemplarse en los Observatorios de aves Las Cíes.

     

    Además, los aficionados al senderismo no quedarán decepcionados en las Islas Cíes. Numerosas rutas de trekking encuentran aquí su sitio: la del Alto do Príncipe, Monte Faro, Monteagudo, Faro de A Porta, etcétera, que transcurren por acantilados kilométricos.

     

    Otra de las actividades estrella de las Cíes consiste en pasear por sus calas y playas. Sobresalen la de Figueiras y Nosa Señora, pequeñas pero muy apreciadas por el turista, así como las calas de Margaridas y Catareira.

     

    Sin lugar a dudas, las Islas Cíes no deberían faltar en el itinerario del viajero.

  • La locura de mi mujer 

    Al principio pensé que se había dado un golpe en la cabeza. Revise bien su cabeza a ver si tenía una herida o algo así: todo parecía correcto. Pero ella insistía: quería comprar una caravana. Y yo le decía: ¿pero sí nunca has viajado en caravana? Yo sí, y no creo que te gustase. Pero me empezó a decir que una amiga suya viajaba ahora en caravana, que era mucho más barato y divertido. Lo dejé pasar unos días, para ver si volvía a sus cabales, pero no. No parecía un capricho, aunque era un poco locura.

    Y es que somos dos personas bastante cómodas: nos gusta viajar a todo lujo, y porque no tenemos más dinero que, si no, no saldríamos de los hoteles de cinco estrellas. Pero en algo tenía razón mi mujer: nos habíamos vuelto demasiado sedentarios. Quizás necesitábamos algo nuevo para animar nuestros viajes. Pero, ¿una caravana? Eso eran palabras mayores porque suponía adaptarse no solo a una nueva manera de viajar, sino de circular por carretera. Recuerdo las peleas de mi padre con la caravana cuando viajábamos así, y no sé si yo estoy preparado para eso.

    De cualquier forma, mi mujer me fue convenciendo poco a poco para, por lo menos, valorar el tema de las caravanas. Pero yo puse como línea roja que no compraríamos una nueva. Y empecé a buscar caravanas knaus segunda mano para ver cómo estaban los precios. Me gustaba esa marca porque le cogí cariño cuando la compró mi padre. También la compró de segunda mano, pero estaba en muy buen estado y nos duró un montón.

    Otra opción todavía más asequible era alquilar una caravana, pero mi mujer dijo que no, porque ya se olía que tras el primer viaje iba a empezar a poner pegas y razón no le faltaba. Con una caravana de segunda mano tendría la ‘obligación’ de poner más de mi parte para adaptarme a las nuevas circunstancias. Así que me dejé llevar por una vez y puse sobre la mesa tres caravanas knaus segunda mano para que mi mujer eligiera. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a tener que dejar la comodidad de mis queridos hoteles?