• Costa Blanca

    Por alguma razão, sempre deixei as minhas viagens à costa mediterrânica, especialmente à Comunidade Valenciana, para «mais tarde». E não porque eu tivesse algo contra, eles pareciam lugares muito interessantes… mas muito lotados. Agora é provavelmente tarde demais para reverter muitas das decisões que foram tomadas na costa valenciana para torná-la um dos lugares mais turísticos da Europa.

     

    Mas na década de 1960, quando o boom turístico espanhol decolou, as pessoas não pensavam tanto em critérios de sustentabilidade e respeito ao meio ambiente, mas sim em ganhar dinheiro com as doces moedas europeias. Sessenta anos depois, a costa valenciana continua muito turística, mas nota-se uma mudança institucional para uma nova abordagem do território.

     

    E foi isso que vimos nesta primeira viagem à costa de Alicante depois de deixá-la anos para depois. É algo muito comum nas nossas costas turísticas a dificuldade em estacionar, por isso é sempre mais prático procurar estacionamento em Alicante com antecedência. No entanto, é um pouco paradoxal que os automobilistas se queixem da falta de estacionamento, pois é precisamente o excesso de viaturas que muitas vezes sobrecarrega estas zonas turísticas. Assim, se quisermos preservar o ambiente, teremos de nos habituar a uma forma de viajar um pouco diferente, pelo menos menos cómoda na hora de estacionar.

     

    Porque uma das coisas que também pudemos ver na costa de Alicante é que existe uma linha de trem costeiro conhecida como TRAM que conecta boa parte da costa de sul a norte, chegando até Dénia. Na verdade, deixamos nosso veículo seguro depois de encontrar uma vaga em Alicante e nos deslocamos por vários dias em transporte público, a melhor alternativa para nos adaptarmos a um futuro em que devemos mudar nossa maneira de nos locomover. Mas enquanto o futuro chega, passamos alguns dias de sonho naquela que é, sem dúvida, uma das costas mais bonitas de toda a Espanha: a Costa Blanca.

  • 4 tips para estacionar en Almería capital

    Debido al incremento del parque automovilístico y el insuficiente número de plazas disponibles, la dificultad para estacionar en parkings de grandes ciudades se ha incrementado en las últimas décadas. Alicante es un ejemplo representativo de ello. De 2007 a 2019, el crecimiento demográfico de la ciudad andaluza pasó de 322 a 334 mil habitantes, aumento que repercutió en su tráfico rodado, que continúa siendo intenso pese a la reducción de kilometraje en determinadas zonas y otras medidas orientadas a aliviarlo.

     

    Con todo, la población conductora dispone de herramientas útiles para localizar plazas de aparcamiento libres y reservarlas de forma telemática en Alicante. Diversas aplicaciones para móvil —Telpark, e-Park, Parkopedia, Parclick— permiten reservar parking Almeria centro en sólo unos pocos touches, lo que evita las molestas pérdidas de tiempo y de dinero que los conductores sufren durante la búsqueda de una plaza disponible.

     

    Como alternativa, decantarse por aparcamientos privados es una solución menos económica, pero significativamente más cómoda e inmediata. Estos parkings se ubican, en su mayoría, en zonas de especial interés, por lo que su comunicación con los principales puntos clave del municipio andaluz será excelente.

     

    Además de utilizar las nuevas tecnologías, los conductores deben tomar una serie de precauciones que les ahorrarán problemas al aparcar. Una de ellas es mantenerse alejado de los distritos y áreas masificadas, en la medida de lo posible. De este modo, el nivel de ocupación será menor, al igual que los embotellamientos y el riesgo de entrar en conflicto con el resto de conductores.

     

    Los horarios también influyen en la facilidad para encontrar aparcamiento. Las plazas de carga y descarga pueden ser utilizadas sin problemas por los conductores, a condición de que respeten el horario de uso permitido. De lo contrario, se exponen a recibir una multas de 200 euros, una sanción que puede ser evitada permaneciendo atento a dichos horarios.

  • VIAJES APARCADOS

    No es que viaje demasiado y más aún desde que empezó todo esto de la pandemia, pero cuando viajaba mi primera opción era ir con mi coche hasta el aeropuerto y dejar mi coche en Parking aeropuerto en barajas porque así al bajarme del avión a la vuelta de mi viaje ya tenía mi coche esperándome para llevarme a casa rápido. No entiendo como hay gente que se va al aeropuerto sin su coche, más que nada para no tener que molestar a nadie para que te lleve o para que te recoja. Personalmente siempre he sido muy autosuficiente y me ha gustado hacer las cosas a mi gusto, por lo que prefiero llevar mi coche y de ese modo no molesto a nadie y como mis viajes no suelen durar demasiado tiempo la estancia de mi coche en el parking tampoco es que me cueste demasiado dinero.

    Viajar ya no me gustaba demasiado antes de la pandemia pero a partir de la pandemia no he viajado nada de nada. Lo que menos me gusta de viajar es tener que probar comidas nuevas y eso es algo con lo que mi cuerpo no puede, siempre me he resistido a probar cosas nuevas porque estoy convencido de que nada de lo que pruebe hoy en día va a cambiar mi forma de ser. Con más de cuarenta años ya no creo que cambie y seguiré con mi filosofía de vida hasta el final aunque a mucha gente parezca molestarles, el problema lo tienen ellos que se creen mejores que yo por comer más cosas de las que como yo. Personalmente como lo que me gusta y lo que no me gusta no me lo voy a comer por mucho que me insistan como ya me ha pasado en repetidas ocasiones. 

    Hasta dentro de bastante tiempo no creo que vuelva a viajar, mucho se tiene que normalizar las cosas en todo el mundo para que me vuelvan a entrar las ganas de volver a viajar y hasta ese momento estoy muy bien donde estoy, ya que dispongo de todo lo qe necesito cerca de mi casa.